La Caracas de hace 85 años
La Caracas de hace 85 años
Coral Gables, Florida (VIP-WIRE).-
“Si recuerdas, rejuveneces”… Dick Secades.-
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Pues sí, esta semana, el viernes, arribé a la inmensa edad de 85 años. Cuando vine al mundo, en 1929, el presidente de Venezuela era Juan Vicente Gómez, un dictador muy malo, pero no tanto como han sido otros después. Mis pañales fueron de tela de los sacos que llegaban con harina Gold Medal.
Mi abuela vivía en Sabana Grande, que era un pueblo cercano a Caracas. El pasaje hasta allá en autobús, costaba una locha. También una locha costaban los helados de los carritos Cruz Blanca y Superior. Solo en las casas de los muy ricos repicaban teléfonos y rodaban carros.
Si alguien hubiera hablado de penicilina, jets, autopistas, metro, centros comerciales, televisión, celulares, laptops y tabletas o tablas, lo hubieran tildado de loco de remate.
Para todos en 1929, “tablas” eran las de sumar, restar, multiplicar y dividir.
Si unos borrachitos trasnochados robaban una gallina para el sancocho mañanero, se les acusaba de maleantes perniciosos.
Existía la radio, pero a ningún gobernante se le ocurría encadenarse.
Lo dulces callejeros, generosas raciones, costaban un centavo, como conserva la cojita, y las de batata, de coco, el majarete, tequiche, golfeado, gofio, pandehorno, chicles tres-en-uno y coquito.
El kilo de caraotas lo vendían por cinco centavos y por tres centavos el de maíz, un centavo cada pan, una locha el kilo de carbón, una hallaca navideña un real, había solo dos diarios en Caracas, cada ejemplar costaba una locha, y Bs. 3.30 (viejos bolívares) cada dólar.
Más que en autobús nos movíamos en coches halados por caballos y en tranvías eléctricos. A La Guaira íbamos en tren, que demoraba dos horas y media. Y de Caracas a San Cristóbal en autobús eran cuatro días, con escalas para dormir en Barquisimeto, Valera y Mérida.
Sabíamos que el mundo era muy grande, pero solo nos interesaban Cuba por su beisbol, México por sus canciones (todavía no por el cine), Estados Unidos por su dólar y Francia por su francés.
Era Caracas en 1929 un pueblo grande de 300 mil habitantes, donde todos nos conocíamos. Apenas comenzaban los vuelos comerciales, por supuesto a hélice, y posibles solamente para la gente del gobierno, del alto comercio y los magnates de la agricultura. Los aviones más grandes podían transportar hasta 21 pasajeros.
Alrededor de la pequeña ciudad había más de una docena de fincas, en las cuales se críaba ganado vacuno y porcino y se cosechaba todo tipo de frutas, verduras, hortalizas y cuanto vegetal era alimento.
Al comenzar noviembre y hasta fines de marzo, había tal frío en el valle, que los hombres vestían largos y negros sobretodos y las damas gruesas pieles y sombreros que les cubrían hasta las orejas.
Así es que nací en plena temporada de frío caraqueño, a quien llamábamos Pacheco, porque era la época cuando desde del cerro de Galipán bajaba el señor Pacheco cargado de flores para venderlas.
Puras saudades de octogenario más cinco.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
Jbeisbol5@aol.com
Twitter: @juanvene5
Facebook: Juan Vené
Feliz cumple Juan ! Que sean muchos más con mucha salud y ese ánimo a millón !!! en cierta ocasión leí acerca una situación incómoda que te ocurrió a ti con el inmortal Musiu Lacavalerie con un aviso alusivo a Fidel Castro en pleno campo de juego, podrías volver a relatar esa historia completa ? gracias Juan, mis respetos desde Caracas Venezuela